Antes de nada, espero que me sepáis perdonar el autobombo. 😀
Hace ya unos meses, un buen día encendí el ordenador, abrí Mozilla Thunderbird y vi en mi bandeja de correo electrónico un mensaje que enseguida me llamó la atención. Una representante de la Asociación Brasileña de Hispanistas me comentaba en el propio blog que le gustaba mucho Melodía de traducción y que a su asociación le gustaría mucho que escribiera un artículo en su revista, Abehache (publicada con artículos en portugués y español).
Tras la sorpresa y las dudas posteriores —dado que yo no había preparado ningún artículo para una publicación extranjera—, me dije a mí mismo: «¿Y por qué no?». Sin embargo, todavía me quedaba dar con un tema sobre el que pudiera escribir largo y tendido y que, a la vez, me inspirara. Siendo sincero, la verdad es que aparqué un poco el tema por cuestiones de trabajo y demás. Unos pocos meses después, me llegó un recordatorio con respecto al artículo, ante lo cual decidí dejarme de tonterías, coger el toro por los cuernos y ponerme serio con la redacción.
El resultado de dicho esfuerzo es el artículo El software libre en el sector de la traducción, que ha sido publicado en el último número de la revista Abehache, y del que me siento muy orgulloso. A pesar de haber coincidido con una época de mucho trabajo, así como con el fin de verano y las fiestas que tienen lugar en dichas fechas —como las de mi pueblo, Ampuero, en Cantabria—, lo que no me permitió concentrarme todo lo que me hubiese gustado, pienso que me ha quedado muy completo teniendo en cuenta la extensión máxima permitida (lo siento si parece que no tengo abuela :-P) y os animo a leerlo y a que me comentéis vuestras impresiones. Para que os hagáis una idea de los temas que trato en dicho artículo, os copio el resumen:
Con el paso del tiempo, el software libre ha ido ganando peso poco a poco entre los usuarios de equipos informáticos en comparación con los programas comerciales, hasta el punto de que, en algunos casos, ha llegado a la altura de programas de pago. Mediante este artículo, pretendemos realizar una introducción a este tipo de software orientada a traductores. En él, se describirán diferentes programas empleados para llevar a cabo tareas que van, desde la propia traducción y localización hasta la revisión, pasando por la gestión de proyectos de traducción. Asimismo, se reflexionará sobre la cuestión de si esta clase de programas puede sustituir a las alternativas de pago.Como podéis ver, no me limito a hablar en exclusiva de programas de software libre empleados para la traducción propiamente dicha, sino que pretendo dar un paso más allá y tratar varios pasos que, de una forma u otra, están íntimamente relacionados con nuestra profesión. Dado que mi opinión no es ni mucho menos la única válida o la única respetable, os invito a que leáis mi artículo. Y no os perdáis el resto de la revista, donde podréis encontrar colaboraciones de autores como Jorge Díaz Cintas, Elisa Calvo o Amparo Hurtado Albir.
Podéis consultar mi artículo si lo buscáis en el último número de la revista Abehache o, de forma más directa, si accedéis al índice.
¡Espero que os guste! 😀
nimbusaeta dice
Este tema me resulta muy interesante… En general, conozco pocas personas enteradas de las alternativas libres a programas que les resultan difíciles de conseguir o caros, y solo necesitan para algo puntual o un uso personal. Con lo sencillo que es buscar una alternativa libre, que no tiene muchas veces nada que envidiar al software de pago 😉
Un apunte: siempre había pensado que precisamente los angloparlantes preferían utilizar «software libre» para dejar claro que es de código abierto, pero no gratuito.
José Manuel dice
Gracias por el comentario 🙂
Pues sí, la verdad es que a veces nos complicamos demasiado y nos empeñamos en no pensar en las alternativas gratuitas.
Sobre la otra cuestión que comentas, también existe la denominación «open source» para hablar de los programas de código abierto. Igual estoy equivocado, pero yo siempre he visto «free» para referirse a programas gratuitos o de código abierto, o ambos.
No sé si hay muchos programas de pago de código abierto (no sé si conoces tú alguno), pero lo veo un tanto contradictorio, a no ser que no sea totalmente abierto, sino limitado a ciertas partes del código, ya que, si lo vendes pero distribuyes el código con una licencia que permita la libre modificación, puede que alguien desarrolle una versión mejor y gratuita, con lo cual estarías perdiendo dinero. Pero vamos, que igual hay algún caso, aunque ahora no se me ocurre ninguno.
lufab dice
Hola, José Manuel.
Felicidades por tu artículo, un tema muy interesante para explorar.
Lucrecia.
José Manuel dice
Hola, Lucrecia:
Gracias por pasarte y por dejar un comentario.
Me alegro de que te haya gustado el artículo. Si tienes cualquier pregunta al respecto, no dudes en escribirme. 🙂
José Manuel